El reconocido actor cubano Luis Alberto García volvió a provocar un amplio debate en redes sociales tras responder a una internauta que cuestionó el valor intelectual de los artistas frente a los científicos y tecnócratas.
En su publicación, García recordó un episodio de su juventud cuando estudiaba en la Escuela Vocacional Vladimir Ilich Lenin, uno de los centros más prestigiosos de Cuba en el ámbito científico-técnico. Según relató, decidió pedir la baja porque las autoridades del centro no concebían que un estudiante quisiera ser actor en lugar de científico.
“Me preguntaron en varias ocasiones si de veras prefería dedicar mi vida a ser PAYASO y no CIENTÍFICO. Son prejuicios que están enraizados, lastimosamente, en buena parte de nuestro pueblo”, escribió el actor.
García contó que incluso lo hicieron sentir culpable por “haberle quitado una plaza” a una futura “lumbrera científica criolla”. Finalmente, completó el preuniversitario en El Cerro, donde pudo presentarse a las pruebas del Instituto Superior de Arte (ISA), del cual se graduó “con honores”.
“Desde mucho antes de graduarme y hasta el sol de hoy ha sido un honor poner la gotica de talento que me tocó en la repartición al servicio del audiovisual y las artes escénicas del país en que nací y en el que milagrosamente resido, porque, a decir verdad, hace rato que está como para irse y venir de vacaciones”, afirmó con ironía.
El actor también ironizó sobre los prejuicios que asocian la sensibilidad artística con una supuesta falta de racionalidad:
“Me entero por su comentario que tenemos los artistas el hemisferio cerebral derecho desarrollado y bastante menos el izquierdo, lo que conduce irremisiblemente a que las opiniones de quienes no somos científicos no puedan tomarse en serio. Ya estoy resolviendo cita con un neurólogo. Y luego, al psiquiatra”.
La publicación concluye con una frase que ha sido ampliamente compartida y celebrada en redes:
“Seguiré opinando lo que creo porque este archipiélago es mío.”
El mensaje, cargado de sarcasmo y de una profunda crítica social, reavivó el debate sobre los prejuicios culturales e intelectuales en la sociedad cubana, donde la figura del artista continúa siendo vista por algunos sectores con desdén o desconfianza.
Con su habitual mezcla de humor y lucidez, Luis Alberto García vuelve a colocar el espejo frente a los estigmas que persisten, dentro y fuera de los escenarios, sobre el valor del pensamiento crítico y la libertad de expresión en Cuba.
Comentarios
Publicar un comentario