Los problemas del Ministerio de Salud Pública en la provincia de Cienfuegos parecen no tener fin. Esta vez, el incidente ocurrió en el municipio de Aguada de Pasajeros, donde un niño que vomitaba sangre tuvo que ser trasladado por sus familiares en un vehículo particular, luego de que la ambulancia del “código rojo” nunca llegara al lugar.
Según testigos, la familia esperó sin éxito la asistencia médica de urgencia mientras el menor se debatía entre la vida y la muerte. Finalmente, sus padres decidieron llevarlo directamente al Hospital Pediátrico de Cienfuegos, sin las condiciones adecuadas, pero movidos por la desesperación y el instinto de salvar a su hijo.
El menor se encuentra actualmente hospitalizado, gracias a la rápida acción de sus padres, no de las autoridades sanitarias. Este hecho evidencia la grave crisis del sistema de salud provincial, caracterizado por la falta de ambulancias, negligencia institucional e indiferencia ante el sufrimiento ciudadano.
Lo ocurrido en Aguada de Pasajeros se suma a una cadena de denuncias por fallas en la atención médica y demuestra, una vez más, que la llamada “potencia médica cubana” se sostiene más en la propaganda que en la realidad. Mientras tanto, las familias cienfuegueras continúan enfrentando la emergencia sanitaria con sus propios medios, dolor y fe, en medio del abandono estatal.
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