63 Años de desastre y qué nos espera


¿Cómo hemos llegado a este punto? Es necesario responder a esta pregunta para predecir lo que está por llegar, lo que nos espera si continuamos manteniendo con vida al régimen cubano. Esa predicción involucra no solamente a los nacionales dentro de la isla que sufren el colapso de todos los sistemas que posibilitan la supervivencia en el país, sino también a los cubanos fuera de la isla. Porque no van a tener isla a la cuál regresar. Cuba va a dejar de existir como territorio habitable si no posibilitamos el fin de la dictadura. 
En 1958 Cuba se encontraba entre los países más adelantados de la región. Teníamos índices socioeconómicos superiores a muchas regiones de Estados Unidos y de Europa. Para 1952 habíamos conseguido producir 7,2 millones de toneladas de azúcar. Cuba era capaz de garantizar el 75% del consumo interno en la producción de alimentos. De 161 centrales de azúcar trabajando en 1950, 131 eran propiedad de cubanos. Fuimos los primeros en toda la región iberoamericana en decretar la jornada laboral de 8 horas, en reconocer el derecho al voto a las mujeres, la igualdad de derechos entre sexos y razas y el derecho a la mujer al trabajo. La constitución de 1940 fue la más avanzada del mundo en su época.  
¿Cómo hemos perdido todo esto? 
En 1960 intervinieron miles de hectáreas de tierras productivas. Empezaron expropiando compañías norteamericanas para luego alcanzar a los propietarios cubanos. Aniquilaron la autonomía universitaria, militarizaron la sociedad, idioligizaron la educación. Liquidaron las empresas cubanas de producción y servicios hasta exterminar todo vestigio de independencia económica.  Disolvieron los sindicatos, las organizaciones independientes, las asociaciones de campesinos e impusieron por la fuerza el modelo estalinista a toda la nación cubana. Sólo por el poder y nada más que por el poder redujeron el país a polvo. 
Cuba se está despoblando. Las mujeres cubanas no desean tener hijos en la isla y el nivel de envejecimiento será insostenible para un país agotado. El agua potable está contaminada y los manantiales subterráneos yacen envenenados. Se aproxima una hambruna extrema para el próximo año porque no se ha cultivado suficiente arroz. La violencia dictatorial está generando respuestas violentas que la gente percibe como derecho de defensa y esto va a desembocar en un baño de sangre si no concentremos toda nuestra energía en dar un golpe de gracia al régimen realizando una protesta cívica simultanea en todo el país. 
Es el único modo de producir una transición pacífica donde no se pongan en peligro vidas humanas. Necesitamos un cambio urgente que nos permita instaurar un gobierno de transición comprometido con la democracia y el estado de derecho. Un cambio que permita el acceso de ayuda humanitaria al país para aliviar las críticas necesidades del pueblo de Cuba. Y ese cambio tiene que ocurrir ya. 

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