La aerolínea canadiense WestJet anunció que reanudará sus vuelos directos a Cienfuegos a partir del 10 de diciembre, en el marco de su programa invernal 2025-2026. La noticia, presentada por la prensa oficial como un “nuevo impulso al turismo cubano”, llega en medio de una realidad mucho más compleja: la isla atraviesa una de sus peores crisis económicas y turísticas en décadas.
Aunque Canadá sigue siendo el principal país emisor de visitantes a Cuba, la falta de infraestructura, los apagones constantes, la escasez de alimentos y el deterioro de los servicios básicos continúan afectando gravemente la experiencia del viajero. Pese a los intentos oficiales de mostrar optimismo, la imagen internacional de Cuba como destino turístico se ha deteriorado, y muchos viajeros optan por destinos más competitivos como República Dominicana o México.
En el caso de Cienfuegos, la llamada “Perla del Sur”, las expectativas de reactivación se enfrentan a una ciudad con transporte deficiente, hoteles sin mantenimiento y una población agotada por la crisis. Incluso sectores vinculados al turismo reconocen que, sin cambios estructurales, estos vuelos apenas maquillan una realidad que el régimen no logra revertir.
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