Pionerita caprichosa por Carlos Cabrera


La pionera Johana Tablada está tan inmersa en la lucha por otra embajada que la libre de apagones, escaseces varias y televisión militante que apunta al Morro y tira a la Cabaña, confirmando su inmadurez política y dejando entrever el enojo porque no la han hecho directora general de Estados Unidos en la devaluada cancillería cubana.
Cuatro días antes de que el compañero Trump anunciara las sanciones a funcionarios de Cuba y terceros países involucrados en la trata de médicos cubanos, Tablada se metió tremendo tablazo a si misma, asegurando que Cuba no era ni es una prioridad para el nuevo presidente y atacando, como es habitual entre los suyos, a políticos cubanoamericanos.
Que Dios le conserve el oído porque de vista está muy jodida; aunque es probable que el día que patinó haya estado haciendo ayuno intermitente, como recomendó cínicamente a los cubanos, en otra de sus apariciones estelares.
Una vez que se conoció la nueva sanción, la pionera cambió el discurso y apareció en la Mesa Redonda atacando a la USAID. A otras otras entidades por un supuesto financiamiento de la contrarrevolución; y acusando falsamente a María C. Werlau, que nunca ha recibido un centavo de USAID.
La mención tablatesca provocó que saltaran chispas en el CENESEX, cuartel general de la doncella Mariela Castro Espín, que bramó contra “esa gorda ayunante”.
Mariela es dulce en la calma, pero cuando se enoja, se pone majaderita y defiende su cortijo a capa y espada, que ha mantenido contra vientos y mareas desde 1989, justo cuando Cuba entraba en la incertidumbre.
A ver, Johana, aclárate porque con tantos palantes y patrás, no hay quien te entienda, por mucho que nos esforcemos en descifrar tu enojo pioneril y miliciano.
La diplomacia no está reñida con la militancia ni la guataquería, pero sí con la chusmería; sobre todo, la impostada, porque tu eres niñita bien educada y pionera vanguardia para aparecerte en tu madurez a soltar sandeces.
Quien imita, fracasa y como sigas en esa deriva que se pretende apabullante, vas a acabar siendo un F-1 entre Hassan “Metralleta” Pérez y la zalamera Lis Cuesta, que no cree en ayunos y sí en bisturí milagroso.
Si tienes tiempo, relee en la Biblia la parábola de San Juan Bautista, que iba siempre delante porque no le llegaba ni a la chancleta a Jesús, eso te pasa a ti con María C. Werlau, que no le llegas ni a la suela de su sandalias.
Serénate, pionera, ten calma hija, que todo llega y -si no te hacen directora general- lucha la Embajada en Afganistán, país de intensa vida nocturna y abundancia de albóndiga y calabazas dulces.
Compartir:  

Comentarios