Varios clientes de Transtur reportan a nuestra fuente de WhatsApp un comportamiento inusual de las patrullas cubanas hacia los coches de turismo en estos momentos. Los avisos provienen de locaciones de interés turístico en la región central: Trinidad en Sancti Spiritus, zona urbana de la ciudad de Santa Clara en las Villas, Punta Gorda en Cienfuegos y la carretera que conecta esta ciudad con Trinidad. Los puntos de control de la policía piden al auto detenerse y lo primero que están chequeando es si la identidad del chofer coincide con la de quien firmó el contrato de arrendamiento. Los clientes observan un patrón que se repite, y es el de la policía inspeccionando el maletero del vehículo o echando una mirada discreta por arriba. Más respuestas aparecen cuando, tras una avería de su coche, uno de los clientes se entera de otros detalles mientras espera en un taller de la agencia estatal Transtur. Al parecer la inmunidad que tenían los autos turísticos en Cuba ha desaparecido. Con el objetivo de no herir la entrada de divisas, la policía solía hacerse los de la vista gorda y dejaban pasar uno que otro exceso de velocidad, entre otras regulaciones que aplicaban solamente a los particulares. Pero las cosas han cambiado, debido al uso que están teniendo los autos turísticos para el contrabando de mercancías. Aprovechando esa inmunidad, residentes en el exterior están rentando el auto y designando en la isla a un segundo conductor en el contrato. El coche se destina entonces a mover productos que la policía considera ilegal: sacos de arroz, pescado en cantidad, azúcar. Mientras espera en el taller, el cliente se entera por boca de los técnicos sobre varios incidentes relacionados. Uno de ellos lo tiene enfrente. Se trata de un Kia Picanto convertido en chatarra tras un fatal accidente, el cual se produjo en la provincia cuando los ocupantes se dieron a la fuga con un saco de pellis (Peggies). En su intento desesperado por huir de la policía, el conductor se estrelló y “los pellis” volaron por todas partes. (Foto sitio de Transtur)
Autos de turismo en la mira de la policía cubana
Varios clientes de Transtur reportan a nuestra fuente de WhatsApp un comportamiento inusual de las patrullas cubanas hacia los coches de turismo en estos momentos. Los avisos provienen de locaciones de interés turístico en la región central: Trinidad en Sancti Spiritus, zona urbana de la ciudad de Santa Clara en las Villas, Punta Gorda en Cienfuegos y la carretera que conecta esta ciudad con Trinidad. Los puntos de control de la policía piden al auto detenerse y lo primero que están chequeando es si la identidad del chofer coincide con la de quien firmó el contrato de arrendamiento. Los clientes observan un patrón que se repite, y es el de la policía inspeccionando el maletero del vehículo o echando una mirada discreta por arriba. Más respuestas aparecen cuando, tras una avería de su coche, uno de los clientes se entera de otros detalles mientras espera en un taller de la agencia estatal Transtur. Al parecer la inmunidad que tenían los autos turísticos en Cuba ha desaparecido. Con el objetivo de no herir la entrada de divisas, la policía solía hacerse los de la vista gorda y dejaban pasar uno que otro exceso de velocidad, entre otras regulaciones que aplicaban solamente a los particulares. Pero las cosas han cambiado, debido al uso que están teniendo los autos turísticos para el contrabando de mercancías. Aprovechando esa inmunidad, residentes en el exterior están rentando el auto y designando en la isla a un segundo conductor en el contrato. El coche se destina entonces a mover productos que la policía considera ilegal: sacos de arroz, pescado en cantidad, azúcar. Mientras espera en el taller, el cliente se entera por boca de los técnicos sobre varios incidentes relacionados. Uno de ellos lo tiene enfrente. Se trata de un Kia Picanto convertido en chatarra tras un fatal accidente, el cual se produjo en la provincia cuando los ocupantes se dieron a la fuga con un saco de pellis (Peggies). En su intento desesperado por huir de la policía, el conductor se estrelló y “los pellis” volaron por todas partes. (Foto sitio de Transtur)
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