Ucrania enfrenta una nueva crisis política después de que varios ministros presentaran su renuncia tras revelarse un escándalo de corrupción ligado a contratos estatales y fondos destinados a la defensa. Las presuntas irregularidades en compras para el ejército generaron presión pública y aceleraron las dimisiones.
El hecho ocurre en un momento crítico para el gobierno de Volodímir Zelenski, que necesita mantener confianza interna y apoyo internacional en plena guerra con Rusia. La respuesta rápida busca demostrar tolerancia cero a la corrupción, aunque expone tensiones dentro del Estado ucraniano.
Analistas señalan que este episodio podría afectar la imagen del gobierno y alimentar discursos adversos, mientras Kiev intenta sostener el esfuerzo militar y gestionar recursos en condiciones extremas. Las investigaciones continúan y se espera el nombramiento de nuevos funcionarios en los próximos días.


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