El cementerio central de la ciudad de Camagüey se ha convertido en un símbolo más del colapso nacional. Las imágenes que circulan muestran ataúdes amontonados en los pasillos, bóvedas abiertas y restos humanos al descubierto. El camposanto, que debía ser lugar de reposo y respeto, luce hoy como un vertedero de la desidia institucional.
Según testimonios recogidos en el lugar, más de una veintena de ataúdes permanecen sin sepultura por falta de espacio. En algunos pasillos se observan féretros sin tapa, huesos expuestos y filtraciones visibles. “Cuatro muertos en cada hueco”, lamenta un vecino, mientras otros denuncian el hedor insoportable y el riesgo sanitario que representa semejante abandono.
El deterioro del cementerio no es un hecho aislado. Durante meses se han reportado roturas en el crematorio provincial, escasez de materiales para sellar bóvedas y falta de mantenimiento. La maleza cubre buena parte del terreno, las lápidas son saqueadas y la vigilancia brilla por su ausencia. El resultado es una escena que hiere la sensibilidad de los vivos y profana la dignidad de los muertos.
Fotografías compartidas por Jose Luis Tan Estrada
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