Falta de higiene e irregularidades en 10 panaderías de Cienfuegos


Parece que algo desempolvó el detector de irregularidades liderado por funcionarios del Partido en el municipio de Cienfuegos y se desayunaron con una serie de violaciones en más de 10 panaderías. De acuerdo con el informe, el mayor número de infracciones implicó a las panaderías de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria (EPIA). Producciones en mal estado, al descubierto y con bajo peso, presencia de personal ajeno en áreas de elaboración, falta de higiene (masa caída al suelo y reutilizada) y desvío de recursos dentro del propio establecimiento (aceite guardado junto a las pertenencias de los panaderos), además de otras irregularidades de la dirección de la empresa como: asignación poco equitativa de los insumos, carros y bandejas para mover el pan con elevado deterioro, escasa iluminación, desorganización en las colas, etc. La primera secretaria del Comité Municipal del Partido Dianelys Maladriga Terry expresó claramente que la mayoría de las situaciones encontradas eran asuntos que nada tenían que ver con el bloqueo, ni la crisis que hoy atraviesa el país, sino con la dejadez e inobservancia de los administrativos, quienes son los máximos responsables. No sé qué tipo de sanciones habrán aplicado,  pero operativos de este tipo ocurren una y otra vez (cada mucho tiempo) y siempre encuentran las mismas violaciones. ¿Por qué no aparece la solución definitiva? ¿Es acaso como un virus contagioso que deambula por esos establecimientos? Muchos de estos administradores ya arrastran antecedentes de corrupción en otros centros de trabajo y hasta han cumplido sanciones por ello, sin embargo los vuelven a emplear en cargos administrativos. La sinvergüencería son imperdonables en personas que juegan y lucran con la comida del pueblo. El perfil de estas situaciones encajan con un sólo culpable: un estado totalitario cuya economía centralizada mantiene a corruptos, oportunistas que navegan en los abismos de la ineficiencia. El único remedio para liquidar esta plaga es rematar el modelo económico que de forma testaruda mantiene el gobierno actual y que solamente conduce a un mayor empobrecimiento de la población cubana quien, en resumen, es la que paga los platos rotos. 

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