En el municipio de Cruces, la vida cotidiana sigue marcada por el alza de los precios y el ingenio popular para sobrevivir. El dólar se cotiza alrededor de los 420 pesos cubanos, mientras los alimentos básicos alcanzan cifras que superan el salario mensual de muchos trabajadores.
Una libra de arroz cuesta 250 pesos, el cerdo se vende entre 700 y 1000 pesos, y la harina ronda los 170. El cartón de huevos ya alcanza los 3 mil pesos, el aceite se mueve entre 830 y 850, y una cerveza no baja de 230 pesos. Hasta los productos más humildes, como la yuca o el boniato, llegan a 70 pesos la libra.
El transporte tampoco escapa a la realidad: viajar en máquina de Cruces a Cienfuegos cuesta entre 400 y 500 pesos, sobre todo después del mediodía, cuando —como dicen los vecinos— “ya tú sabes”.
En medio de esta crisis, el humor criollo no se pierde. Algunos lugareños invitan, entre risas, a la “comunidad científica” a analizar el alcohol que se consume en el pueblo, una bebida que muchos describen como una verdadera “proeza química”.
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