Desastres en la CPA Mártires del Moncada de Chicharrones


Varios desastres están ocurriendo en la CPA Mártires del Moncada en la comunidad de Chicharrones mientras el PCC, la ANAP y hasta los directivos del Central Caracas se hacen los de la vista gorda. Demasiadas irregularidades bajo la dirección de Vladimir Sardiñas Abrahante, ya por ¿descuido, incompetencia o conveniencia? Lo sabremos. Empecemos porque en la vaquería tienen a los animales sin agua y sin comida; el autoconsumo de la propia cooperativa está sin cultivar; desatendidas las plantaciones de caña a un nivel alarmante (olvídense del azúcar en Cienfuegos). Prueba del desparpajo tan grande es esta foto en la que sorprenden al jefe de producción durmiendo a sus anchas. Ahora, habría que consultar con un experto legal si Vladimir Sardiñas está para que lo boten o meterlo en prisión. Porque resulta que Vladimir Sardiñas está haciendo negocios personales con la misma cooperativa, yendo todo el dinero a parar a su propio bolsillo. ¿Alguien en la provincia con un poco de amor a sus semejantes no sabe que hay cientos de personas trabajando como esclavos en todo el territorio? Reciben el pago miserable del estado, pero en realidad trabajan para el director, el presidente o el administrador de dicho centro. Hace más de un año estamos tras la pista de un caso de esclavitud laboral que involucra a un jefe del Central Caracas, que utiliza a empleados para que trabajen en su propia finca mientras les paga por la nómina del central. Desgraciadamente no hemos podido conseguir la evidencia antes de hacerlo público. El país se ha convertido en una cloaca de oportunistas y gente cínica de doble moral. Tienen la cara de pararse en un acto político a gritar “continuidad”, mientras acaban con la quinta y con los mangos. Todo eso bajo el amparo de la ley y la protección del PCC que los cree súbditos leales. Por debajo de ellos aumenta ese pueblo de gente explotada, hambrienta, que recibe un macro salario para vivir y que tiene que enfrentar el abuso y la injusticia de aquellos, que no pueden lanzarse contra los fuertes.

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