PENA de MUERTE exige el pueblo de Cruces para los culpables


¡PENA de MUERTE! exige el pueblo de Cruces para los culpables de asesinar a Yoilén Acosta Torriente de 18 años de edad. El clamor de justicia es general en la población, consternada por un suceso que ha paralizado el alma de cada uno de sus habitantes. Y mientras bulle el estado de impotencia, ni una sola palabra es emitida desde el gobierno municipal para con el dolor de la familia. ¡Qué bestias de gente! ¡Qué falta de empatía y solidaridad con la tragedia que sufre el pueblo de Cruces! Actúan como si nada hubiera estorbado el aire que respiran y se lanzan a celebrar actos de la ANAP, felicitaciones de cumpleaños o a destacar programas en sus redes. Pretenden simular que todo está bien y que Cruces es un pueblo feliz al que no le falta nada. ¡Qué nivel de indolencia! Repugna verlos actuar de semejante manera. Pero ya la repugnancia y el asco son epítetos que se quedan corto para ustedes, los del gobierno municipal. Lo sucedido a Yoilén podía ocurrirle a cualquiera de sus hijos, porque la realidad de Cuba es demoledora: hay hambre y un estado de necesidad muy grande. Hay desesperación y la juventud está dispuesta a todo para poder vivir un día más. La población se siente desprotegida, abusada por la policía y a merced de la delincuencia, que aumenta a niveles de pánico. Se pide muerte a los criminales porque la gente está cansada de ver asesinos que entran en la cárcel y al cabo de cinco años ya están de regreso disfrutando del aire fresco de la calle. ¿En qué país se ha convertido la isla de Cuba cuando meten de 16 a 30 años de cárcel por protestar públicamente, mientras un asesino deambula a sus anchas tras pasar par de años en prisión? ¿Por qué andan ustedes, dirigentes fallidos de Cruces, tan desentendidos de su pueblo? Yo les voy a responder con todo el peso de la verdad: porque solamente pueden abrir la boca cuando los de arriba les mueven sus hilos.

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