Busco patrocinador


Con el lío de la frontera, ahora los cubanos andan buscando a un “patrocinador” hasta en los centros espirituales. Da igual si es una anciana que dependa del medicare, un primo a punto de expirar o ese tío odioso que lleva mil años con el parol que recibió cuando el Mariel. La cosa es que alguien en el yuma esté dispuesto o dispuesta a proveer de techo, agua, electricidad, comida… que cubra tanto los dientes como los ojos o cualquier piedra atorada en la vesícula por si se presenta una cirugía de urgencia. Bah, una bobería. Este dichoso patrocinador debe demostrar un ingreso mínimo del 125% sobre el nivel federal de pobreza en los Estados Unidos. Es casi una mezcla entre Bill Gate con Elon Musk en un lugar llamado Hialeah. Pero, como para algunas personas el dinero crece en los árboles, lo del patrocinio no lleva esfuerzo. “El que quiere, puede” como reza el dicho. 

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