Cae un poste en la cabeza de Fidel

Cae un poste en la cabeza de Fidel Castro… perdón, rectifico: en el cartel de propaganda ubicado en Marta Abreus. Más de cuatro días lleva así para el disfrute de los transeúntes que se detienen y toman una foto, símbolo de la caída en picada de un sistema que no tiene nada que ofrecer. Eslóganes y consignas de este tipo, llegaron una vez a estimular el sentimiento nacionalista de una población que ignoraba las verdades del país. Pero hoy, además de una que otra risa, lo que despierta es pena por la patética sombra que dichas afirmaciones representan. Dirigentes que se largan para Estados Unidos, miembros del partido comunista robando al descaro, funcionarios cuya doble moral ha sido expuesta al ojo público y una realidad que no se puede negar. La información, por tanto tiempo esclavizada en los medios oficialistas, ahora circula libre por las redes sociales y la conectividad de Internet en los teléfonos. Ahora todo el mundo se entera de lo que ocurre en Cuba, incluso en pueblos remotos en el interior del país. “Unidos nos enteramos. Unidos los sacaremos”