Precio de juguetes, una burla grosera


Cuando veo a los niños y a los jóvenes de hoy buscando alternativas para entretenerse y darle un sentido a la etapa que están viviendo, no puedo evitar sentir pena. Yo no fui ni soy rico pero tuve una infancia y una adolescencia mejor que la que tienen ellos hoy. La COVID y la tarea ordenamiento fueron las gotas que colmaron el pomo en este naufragio que vive nuestra isla. Salir a pasear se convierte en una apuesta que muchas veces no sale bien. Como le sucedió a un amigo que hace poco quiso llevaste a su niño al Parquecito Infantil y se encontró a un parque con los aparatos detenidos por falta de electricidad y unos columpios al sol. Los padres tienen que cargar bien los celulares y desconectarse de las redes para que sus hijos puedan jugar a algo en medio de la oscuridad y los mosquitos. Los precios de los juguetes en las fiestas la pasada semana fue una burla grosera, cuando una simple lagartija de goma costaba 300 pesos MN, por solo citar un ejemplo. Una bolsita con papitas fritas que cabía en una mano 300 pesos MN también. Los jóvenes se reúnen en el parque para conversar y el tema siempre tiene un lugar común: "fulano se fue, mengano ya está llegando a México, ya te apúntate en el bombo?" Esos son los temas y sus abuelos lo saben, lo presienten, lo sufren porque saben que más tarde o más temprano van a quedarse solos.

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