Estación en ruinas. Lo que antes fuera la arteria vital de Cruces


Si no fuera por el ferrocarril quizás el pueblo de Cruces jamás habría existido, o no habría pasado de ser el hato que fue en sus inicios. Lo cierto es que este municipio llegó a alcanzar su época de esplendor y prosperidad gracias a la presencia de los trenes y su lugar estratégico para construir ingenios azucareros donde la transportación de mercancía y pasajeros se hacía fácil debido a su ubicación geográfica. La estación de trenes fue fundamental para todo lo que apareció después en el pueblo por la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, los mismos que tanto vociferaron que era “prohibido olvidar”, cuando el presidente Barack Obama propuso dejar atrás el pasado, son los que han dejado al abandono tantas cosas para que el paso del tiempo haga su estrago implacable. Nuestra querida e histórica estación no pudo escapar del desprecio y la indolencia de las nuevas autoridades que hoy administran el municipio y ahora solo podemos observar sus ruinas ante el espanto de todos. Asoma como un cáncer en el corazón del pueblo, parece sumarse a la suerte del Hotel Llano, el Hotel Reina Sofía y tantos otros lugares que ya ni siquiera quedan en la memoria. Por suerte los rieles son de hierro y han podido desafiar el paso implacable de los años, pero la mala planificación para ejecutar un mantenimiento a tiempo o de un adecuado uso del presupuesto estatal para precaver desastres, son los únicos culpables en esta historia. Ahora levantar el derrumbe precisa de más recursos e inversiones por no haber sabido conservar lo que era un logro de la localidad. Y uno ve que estos dirigentes están de reunión en reunión todo el tiempo. No sé de qué hablarán, pero el pueblo se derrumba ante sus ojos. 

Compartir:  

Comentarios