El hospital Gustavo Aldereguía Lima de la ciudad de Cienfuegos tiene averiados a sus seis elevadores, los únicos salones que tienen habilitados para operar por urgencia están en la planta alta. ¿Qué hacemos? se preguntan los pacientes. Las colas enormes para poder ser atendido por el médico de guardia, las ambulancias rotas, los baños sin descargar y llenos de excremento, pestilencia insoportable. Llegan cientos de testimonios de personas que aguardan por tiempo indefinido para ser operados por el faltante de algún recurso imprescindible, el caso de lentes para la sala de oftalmología por ejemplo. Los pacientes son anotados en una lista de espera con mucha fe para ver si algún día entra el medicamento, donación o recurso que necesitan para poder pensar en una intervención quirúrgica. Y digo pensar porque eso no es todo, ningún salón de este inmueble ofrece garantías en este momento, pues no están del todo esterilizados y un ejército de bacterias infecciosas habitan en ellos.
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