100 personas para mover un vaso de leche en Cuba


100 personas para mover un vaso de leche en Cuba. El estado cubano ha cedido en más de 60 medidas que ataba de pies y manos a los productores del preciado líquido para contrarrestar los efectos de la inflación. Actualmente en Cienfuegos un litro de leche se consigue a 40 pesos en el mercado negro. El estado cubano ha cedido, excepto en la razón principal por la cual hay tanta escasez de leche en la isla. Hoy por hoy usted puede hacerse de una vaca en Cuba siempre y cuando posea tierras. Cuando su hermosa vaca derrama la primera gotita de leche, usted como buen ciudadano, está obligado a hacer un contrato con el estado. Para ellos es el más generoso y justo de todos los contratos del mundo. Consiste en entregarle una parte de la leche que produce su animalito al gobierno. ¿Y si me niego? Adiós vaca de mi vida; ojos que te vieron ir, jamás te verán volver. Así que mejor acepta el contrato. Entrega el guajiro el preciado líquido y allí se queda el infeliz esperando el pago de sus honorarios. Pasan días, semanas, meses y no acaba de aparecer el bendito cheque. Mientras tanto una parte de la leche va a parar a Comercio, que se encarga de distribuirla en las bodegas, y la otra al sector industrial. 

En este camino es donde comienzan los descalabros más grandes que imaginarse puedan. Gente que no sabe contar, facturas que se pierden o no llegan, autorizados a firmar que se enferman de pronto, un dormido al que se le olvidó. Nunca faltan esos cheques que van a parar a una funeraria o a la cuenta de otra empresa en una provincia vecina. El núcleo del problema es más que evidente. Si en Cuba todavía un niño puede tomarse un vaso de leche, es gracias a esos buenos corazones del campo que se pueden contar con los dedos de la mano en cada municipio. Pero la paciencia de esos campesinos que ven atrapados sus pagos todos los meses, se está acabando. 

El gobierno quiere garantizar leche a los niños, pero es su propio sistema el que lo posibilita. Como dice el refrán: más ayuda el que no estorba. Soluciones:

-Entregar las vacas que posee el estado sin condición de ningún tipo a todos los ciudadanos que puedan mantenerlas.

-Romper de inmediato los contratos y todas las trabas que sujeta a los productores de leche. (La misma solución se extiende en todas las esferas de la economía interna)

-No intervenir, ni fijar precio alguno al litro de leche. Que se encargue la oferta y la demanda en hacerlo.

-Despedir de inmediato a toda la cadena de burócratas y funcionarios que intervienen entre la vaca y quien se toma la leche. Son unos parásitos, no hacen falta. 

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