Una mosca nos contempla orgullosa. El fin de los carnavales en Cruces


Todavía a las 3AM estaba la música a un volumen ensordecedor, aunque fueran más las moscas que deambulaban, que personas en la calle. En realidad no hay nada que celebrar, por mucho que el gobierno de Cruces intente forzar la alegría y coloque bocinas desde el Paradero de Camarones hasta la comunidad El Peñasco. La lata de cerveza rondó entre un mínimo de 200 y 250 pesos, mientras un pan con jamón costaba 80. No todo el mundo se puede dar el lujo de gastar el mísero salario que recibe en estas ofertas. Brilla por su ausencia la comparsa del pueblo, su carroza y tradiciones que han ido desapareciendo hasta extinguirse. En festejos anteriores existió un saca-tripas y otros inventos criollos de atracciones para el público más infantil, pero ni tan siquiera un cachumbabé han podido colocar en el prado. Llegado a este punto no podemos llamar “Carnaval” o “Fiesta Popular” a un evento que se reduce a la venta de ron, cigarros, un pan con algo y música alta, en el que participa solamente un grupo limitado del pueblo por sus posibilidades económicas. Este deterioro cultural no es exclusivo del municipio. Otros pueblos de Las Villas, con una larga tradición de parrandas, verbenas, charangas y romerías han visto sus fiestas populares caer en la decadencia. Muy pocas, como el caso de las parrandas de Remedios, se sostienen gracias a las donaciones de sus exiliados en el extranjero. ¿A qué se debe esta situación? La intervención sistemática y paulatina de un gobierno autoritario en la alegría y la libertad creativa de sus ciudadanos. Ha tomado 63 años para mutilar del todo la originalidad de un mercado que nace del pueblo con todos sus contrastes. 

Compartir:  

Comentarios

  1. En Cuba se acabaron las fiestas las cenas familiares los juegos de dominó gracias a los comunistas de el pcc con la represión y el ordenamiento monetario

    ResponderEliminar

Publicar un comentario