La libertad es un estado que no se puede transferir

 


La libertad es un estado que no se puede transferir a base de descripciones. Hay que poseerla para sentirla. Tampoco llega de golpe aunque se alcancen las fronteras de ese país que nos brinda asilo. Lleva un proceso interior que va germinando poco a poco, a medida que recuperamos nuestra confianza, exploramos horizontes y comenzamos a expandir nuestra capacidad humana. Hay quien tarda años en conseguir la libertad. Tengo una amiga que lleva viviendo 7 años en Miami y aún no puede soltarse las cadenas. Sufre de paranoia y no quiere meterse en nada. “Cuidado con lo que hablas” me dice, “a lo mejor alguien nos vigila”. Ella dice que sí es libre, pero mirándola cómo avanza con tanto cuidado, me doy cuenta que aún está presa. Yo te puedo decir lo que siento en libertad, pero es como contarle a alguien el dolor de un pinchazo que nunca ha recibido en su vida.

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